viernes, 15 de octubre de 2010

pupilas lejanas

Caía el mundo, les juro que el cielo estaba como nunca antes, y cuando abrí los ojos después de besarlo descubrí que habíamos sido nosotros los que provocamos tanto alboroto allá arriba. Había pasado mucho tiempo desde la última vez que nos encontramos asi, como si nada importase, ni existiera, porque puesto a confesarles que el resto de la noche no fuimos más que dos en el mundo, literalmente.


Lo que resta a mis sentimientos, es casi nada, podría escribir cien millones de líneas de aquella noche, pero hoy para mi es solo parte del recuerdo, y una hazaña cumplida, ya no pretendo más nada, me siento fuera de aquel círculo de heridas incurables. no creo haber superado todos los desafíos, pero si animarme a evitar los innecesarios.

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